
Miro el cielo tan oscuro es medianoche, pululan estrellas infinitas algunas casi puntos brillantes que titilan. La luna aureolada por alguna sombra de nubes delgadas y tenues. el silencio, la paz se acercan. Ventanas que se cierran luces que se apagan lentamente me anuncian que cada uno va a descansar. Es en la noche cuando mi alma revive, cuando salen sueños que revolotean entre esas estrellas y la luna que se esconde de ellos. Es en la soledad y en el silencio de la noche cuando danzan palabras en mi mente, cuando el cuerpo se relaja, cuando el corazón late tranquilo. Aquí me quedo mientras el sueño cubre la casa, mientras los demás ya han terminado su día. Yo escucho la música que me envuelve, cada nota es una gota de rocío en mis manos, gozo pleno en el silencio , en esta soledad amiga que hace que escriba que hable con la vida, con todos los fantasmas de ella, con sus calles que poco a poco se van aquietando, con sus bares que ya cerrarán sus puertas ante la salida del último parroquiano. Y recuerdo que hoy caminé en el parque, por sus caminos de grana roja con sus árboles que me guiaban, con toda la paz y la belleza. Allí encuentro mi calma, mis sentidos se agudizan, pues cada ruido es como música, el ladrido de algún perro, el llamado de su dueño, gente que corre, que camina, que sonríe. Mi día se acaba, en este espacio donde las letras quedan plasmadas, donde cada acorde de la música me lleva inevitablemente a soñar, a vagar sin rumbo ni destino allá por donde el horizonte se mezcla con la oscuridad. Soñar no cuesta nada dicen y es verdad, solo hace que al cerrar mis ojos una sonrisa abra mis labios y un suspiro se escape hacia la luna...........