
Entre los pliegues infinitos de tu ausencia, queda pensar tal vez que te has marchado, por esos laberintos donde la razón no encuentra, el camino a seguir. Calla tu boca, silencio de silencios, abandono total de aquellas utopías, tus sueños no son sueños son tan solo, pedazos de algo que alguna vez quisieron serlo.
¿Te queda aún esperanza? Es mi pregunta, o solo estás vagando hacia la nada sombra de sombra propia sin dudarlo, vacías las manos ya sin esperanzas. Corre el velo que cubre tu mirada, adéntrate en los misterios de la vida, conocete a ti mismo nuevamente, refresca esa tu frente atribulada en el mar más sereno que tú encuentres y abrázate a mi cuerpo, para que seas amado...