

El anciano con paso cansino se alejaba, el agotamiento se notaba en su rostro en el lento caminar, tenía frío y unos deseos tremendos de descansar. Todo había sido muy duro y su cuerpo se había resentido. al llegar la final de su camino encontró en un canasto de mimbre relleno de plumón blanco un hermoso bebé, lleno de vida, le acarició su cabecita y su mejilla y le dijo, querido 2012, te deseo toda la suerte que yo no he tenido, Aún estás fuerte, haz lo que yo ya no pude hacer. El anciano con un suspiro resignado se alejó y se perdió ente la niebla del camino. El 2011 partía. El bebé comenzaba su tarea....