No llores niña, no llores
es que la guerra es muy fría
nada le importan tus lágrimas
ni tus manitas asidas.
Esos ojos todo dicen
de tu dolor y tu hastío,
tienes miedo niña mía
es que quien podrá arroparte
o ampararte de misiles
que llenan de sangre virgen
la tierra donde tu vives.
Como quisiera abrazarte
mientras otras niñas juegan
y nada saben de guerras
de muerte, de sangre ardiente.
Tu ya has crecido de pronto
tu mirada lo demuestra.
¡como quisiera abrazarte,
pobre niñita perdida!
¡Es que me duele tu rostro,
es que me duele tu llanto
es que me duelen tus manos
es que me duele el espanto!