Lloran los olvidados, gimen los oprimidos, rascan la tierra seca los hambrientos, en un mundo repleto de injusticias de desigualdades, en un mundo definitivamente ciego. Lloran los ángeles del cielo, impotencia que tienen ante tanta lujuria, ante ese desapego de las cosas queridas. En el inmenso mundo la brecha se agiganta, se comerá el rico al pobre, sucumbirán las nobles causas, correrá como savia la sangre de los mártires. Para renacer luego, despacio, naciendo de la tierra como brotes pequeños, aprendiendo lecciones, sabiendo lo perdido pero teniendo en cuenta que se será más sabio, más pegado a la vida al espíritu bello, las cosas materiales no serán importantes, pues no interesan. En este mundo que se cae ya no tan lentamente, donde las manos se levantan y el grito resuena hacia los cielos, llegará un día no lejano el cambio que las buenas personas esperan y desean. Solo resta, mirarnos muy muy dentro, recorrer las arterias del corazón, y ver si alma tiene frescura o dolores pendientes. Acomodar las cosas, dejar la casa interna limpia sana repleta de promesas y así recomenzar A esa nueva vida, ligeros de mochilas , desnudos de maldades con los ojos con luces al ver la nueva vida.
Excelente reflexión de un mundo en franco deterioro mis felicitaciones por tan amplitud de conocimiento interior!
ResponderEliminar